En mi época de novel ajedrecista, llegó a mis manos un libro de aperturas, GIUOCO PIANO, o juego lento, me entusiasmó y lo adopté, porque si bien era una apertura aparentemente pasiva, generaba partidas tácticas y vivas. Cuando se encaró la licitación de la Hidrovía, no sé porqué, asocié, en mi optimismo por el desenlace, que el Gobierno estaba jugando esa salida.
El juego hasta ahora no había sido malo, había sido afectado por agentes externos últimamente, la bajante, por ejemplo. Y las autoridades, como buenos ajedrecistas, ahora querían plantear el nuevo juego contemplando posibles amenazas futuras distintas, anticipando la reacción. También reaparecían alternativas antiguas viables, que podían significar un cambio, especialmente en la salida al Río de la Plata y al Océano. Pero el reloj sigue corriendo, y las definiciones se ralentizaron, anuncios con bombos y platillos no se cristalizaron.
En mi espíritu optimista, sigo pensando que la partida no está perdida, que se van a poder superar los escollos y trabas. El tablero es muy complejo, las piezas parecen inconexas, pero el juego se debe ganar. Tenemos todos los ingredientes para ser exitosos, pero es necesaria esa mirada al futuro a largo plazo.
No considerar esta licitación de la hidrovía como un todo sino una parte de un sistema integral de transporte. Es una oportunidad, que se presenta ahora, con abanico ávido de oferentes que podrían sumar aportes de innovación y servicios y hacer sumar ventajas sinergéticas a la vía troncal
Recuerdo un dicho de la niñez, piano, piano se va lontano…nosotros queremos llegar con nuestros productos a todos los puntos del planeta, con el menor costo logístico, y esto se logra solo aceitando todos los componentes de esa cadena. Eso se logra con la intervención de todos los actores, la partida todavía no está definida, hay tiempo para lograr un éxito.