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sábado, noviembre 23, 2024
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Comercio Exterior (Bienes + Servicios): Tiempo de definiciones

La aceleración que imprime la época actual y la finitud humana, que quedó descarnadamente expuesta en los peores momentos de la pandemia del COVID19, dejará en la historia de la burocracia, la laxitud de los tiempos que contabilizaba el Estado para la toma de decisiones. Como corolario de todo ello, las políticas públicas que decidan los poderes políticos (Estado Nacional – Congreso Nacional) podrán consistir en una acción o lisa y llanamente una omisión, es decir no hacer nada, pero será inviable el silencio sórdido ante el reclamo del ciudadano; máxime en el ámbito de los gobiernos modernos que se proclaman abiertos y dicen dar espacio a la participación ciudadana.

La crisis actual que relatan los diferentes operadores del comercio exterior argentino, vitales para la generación de divisas que imperiosamente necesita el país, requiere una clara y rápida respuesta del Estado Nacional.

La política púbica relativa al comercio exterior argentino debiera tener como prioridad alcanzar Balanzas: Comercial y de Pagos superavitarias. Para ello se requiere una visión sistémica, estratégica, logística y de largo plazo, que se traduzca en iniciativas laboriosas y creativas que otorguen competitividad a quienes interactúan en el contexto del mercado de comodities, mercaderías y servicios, principalmente el del transporte por agua.

En el mes de junio ppdo. se conoció un trabajo del Consejo de Cargadores de la República Argentina (UIA y CACyS) que tenía por título: “COMPETITIVIDAD ARGENTINA” y trataba la problemática de las operaciones logísticas que resta competitividad a nuestro país. El documento también reconocía: “Nos falta una marina mercante competitiva, que tenga cosos similares a las banderas extranjeras, esto provocará una menor carga impositiva, costos labores y convenios actualizados.” Meses después los representantes del Consejo también expusieron sobre la crisis actual: falta de bodega; subas de fletes marítimos internacionales; cancelaciones de buques y escalas en puertos argentinos. Es decir que los cargadores allí representados se hicieron oír y reclamaron.

Hace pocos días, tuve conocimiento del comunicado emitido por el Consejo Agroindustrial Argentino titulado: “EL COLAPSO LOGISTICO MARITIMO ESTA LIMITANDO SEVERAMENTE LAS EXPORTACIONES AGROALIMENTARIAS”. En el mismo se da cuenta de la angustiante situación que atraviesa toda la carga containerizada que la agroindustria argentina exporta y que proviene de cadenas de producción y transformación presentes en todas las provincias argentinas. También se hace referencia a la cancelación de bookings (contratos de fletes entre privados exportadores y armadores – dueños, operadores de los barcos). Los exportadores allí nucleados se hicieron oír y también reclamaron.

A lo largo del tiempo se me había explicado que los exportadores argentinos vendían en condiciones FOB y los importadores nacionales compraban en condiciones CIF, razón por la cual no dependía de ellos la contratación de buques de bandera argentina o con tratamiento de bandera para el desplazamiento de sus cargas. Al parecer ello no era así. Ahora no es cuestión de llorar sobre la leche derramada o pensar que presente podrían tener hoy los cargadores, exportadores e importadores argentinos y los armadores nacionales, en el hipotético caso de haberse podido desarrollar a lo largo del tiempo una flota mercante competitiva para atender los tráficos regionales, con proyección incluso a tráficos internacionales. Es decir, algo semejante a lo lograron los países desarrollados, que disponen de primeros y segundos registros de matrícula de buques –y hasta operan buques de bandera de conveniencia- para dotar de competitividad al brazo estratégico del su comercio exterior – altamente apreciado- por cuanto es el que permite la concreción de los negocios internacionales.

Por otra parte, los armadores argentinos del ámbito del acuerdo bilateral sobre transporte marítimo Argentina-Brasil (Ley N°23.557) hacen notar que si bien la seguridad jurídica del sector está claramente establecida en el Protocolo de Montevideo sobre el Comercio de Servicios del Mercosur: lograr la “liberación intrazona” en el mercado regional (acuerdo multilateral marítimo) ello fue arbitrariamente vulnerado, al momento de decidirse la apertura irrestricta de los tráficos del Mercosur, a favor de los armadores europeos para que operen hasta con buques de bandera de conveniencia. A eso se suma ahora la iniciativa de Brasil para dar de baja ese mismo acuerdo bilateral, que está ratificado por el Protocolo de Montevideo sobre el Comercio de Servicios del Mercosur y proclamado base del futuro acuerdo multilateral. Es decir que este sector también se hizo oír y reclama. Argentina y el Grupo Mercado Común permanecen impávidos.

También sobre el tema transporte marítimo, y desde el punto de vista local, resulta un tanto curioso que a lo largo de los años las áreas técnicas gubernamentales no hayan podido conformar una base de datos que permita conocer en tiempo real cuando un flete marítimo es desleal. Es decir, detectar que el servicio está siendo prestado a un precio inferior a su costo, con la finalidad de desplazar la competencia en el mercado; y acto seguido prever la activación de mecanismos a favor del armamento argentino, semejante a las alertas (medidas de salvaguardia) que se utilizan para el comercio de mercaderías y en resguardo de los productores locales. El Estado está en deuda con el sector armatorial argentino, por cuanto se vulnera su seguridad jurídica; no se instó ante el Mercosur el respeto al derecho comunitario internalizado por los Estados Parte; y no se ha dotado a la Marina Mercante argentina de la competitividad que requiere el comercio internacional de mercaderías.

La incomprensible inercia del Estado frente a cuestiones como las tratadas a lo largo del presente, que son vitales por ser fuentes generadoras de divisas y empleo, debieran reforzar la consigna de no darse por vencidos ni aún vencidos, no bajar los brazos, hacerse escuchar más fuerte, asociados (¿por el espanto?) y exigir respuestas concretas.

La política pública que demandan estos temas está a cargo de cualquiera de los poderes políticos del Estado y para su elaboración -y asegurada eficacia- se requiere en cortísimo plazo mucha laboriosidad y creatividad. No es suficiente el deseo ni la voluntad hacedora de los operadores del comercio exterior argentino.

El fracaso de la hidrovía estatal

Pluralidad de opiniones.

Existe una ley fundamental del fracaso Argento que durante años y años a castigado a la Política. Es la Deuda de la Democracia con el Pueblo.

Hemos administrado muy mal la Cosa Pública: hemos administrado por “la Oferta” y esto es exactamente lo que empezó hacer el Ministerio de Transporte con la HPP.

En toda la historia tenemos interminables ejemplos, manejar el dinero o el Presupuesto (que en algunos casos es Faraónico) e ir asignado partidas hacia “abajo” genera ineficiencias increíbles que simplemente hacen que cuando el dinero llega al Objeto …no llega nada o llega casi nada.

El ”Efecto Cascada” que se logra administrando la cosa pública de este modo hace que, por cada escalón que va bajando el dinero todos los actores del Estado “justificadamente” se quedan con “su pedazo”. Y este efecto arruina los presupuestos más bondadosos. Cuando debe llegar el dinero al Objetivo de la recaudación: no llega nada….y todo perfectamente justificado. De arriba hacia abajo en cada salto se queda algo.

Miremos lo que sucede en la Educación o en la Salud, cuando llegan los recursos a las Escuelas, los Maestros y los Alumnos no llega nada, cuando debe llegar a los Médicos y los Hospitales No llega nada y nunca alcanza. El “EFECTO CASCADA” de administrar “Por la Oferta” nos ha condenado al fracaso.

La AGP (mete la mano en un Caja de 260 millones de dólares y crea la SOMISA del Rio), va a necesitar Asesores (que cuestan dinero), a la vez esos Asesores necesitan Viáticos, a la vez necesitan Celulares, a la vez necesitan conocer y viajar, necesitan nuevos Software y nuevos empleados todos estos gastos absolutamente “Justificados” por ende se quedan con una parte de lo recaudado y…. baja a otro escalón . Y estos también necesitan asesores, viáticos, etc., etc., etc. y todos estos justificados. Y Hablan con los Puertos Públicos y estos necesitan Asesores y teléfonos y autos y etc. etc . Es decir, cuando llegue el Dinero para pagar el Dragado, No va a llegar nada. Es la Verdad Histórica, lamentable pero cierta.

Los responsables: El Ministerio de Transporte y la Secretaria de Transporte: que, por supuesto necesitan Asesores y teléfonos y Viáticos “todos absolutamente“ justificados, y allí se quedó otro pedazo de lo recaudado.

Básicamente, el Sistema de Administrar por la Oferta ha Fracasado Históricamente en nuestro país.

No digo que roben los recursos digo claramente que es un sistema totalmente ineficiente, que está condenado al fracaso y nos ha llevado a la pobreza.

Obvio que si a esto le sumamos el “Costo de la Toma de Decisiones” que tienen un Sistema Político donde intervienen, La Nación, Las Provincias y Los Municipios. ¡¡Cuando tomamos una decisión Ya es Tarde!! Un ejemplo: El Proyecto Potasio en Malargue de VALE sobre el Puerto de Bahía Blanca. Otro ejemplo: el Circunvalar de Rosario. Todos Opinando: Municipio, Provincia y Nación. Es Imposible tomar una decisión a tiempo. Y el tiempo es dinero. Es imposible lograr consensos, miremos hacia atrás y veremos todo lo que nos ha costado en Tiempo y Dinero, años de Discusiones Bizantinas.

Pero Ojo !!! El éxito existió !!!!! y duro 26 años fue a través del mejor ejemplo sistémico: Administrar por la Demanda.

La HPP se administró por la Demanda, es decir el dinero del peaje: a quien hace la Obra y lo necesita. Y fue un Éxito Rotundo. Un ejemplo internacional de como se hicieron bien las cosas partiendo de nada. No existe Costo en la Toma de Decisiones, ese fue un logro tremendo.

Nuestro Mediterráneo Ministro de Transporte, y sus mediterráneos Vice ministros y Secretarios, nos van a llevar irremediablemente al fracaso.

Lo que no sirve, clara e históricamente, es el Sistema.

Administrar por la Demanda Focaliza los Recursos, tiene un Costo de Oportunidad muy corto. Rápidamente se toman las medidas correctivas y se va “al hueso”.

El mejor ejemplo fue la bajante histórica en al HPP y sin embargo seguimos funcionando. Ustedes se imaginan, por una instante, que hubiese pasado con el sistema de Administrar por la Oferta: Todos Opinando ninguna resolución y todos varados echando la culpa a las Multi.

La política Argenta ha hecho la “plancha“ durante mucho tiempo. Hoy van Uds a escuchar y leer (ver por favor: Rosario3.com “Primeras definiciones de cómo será la Hidrovia Estatal”), millones y millones de razones para poder empezar a gastar y subsidiar a mansalva.

Todos muy Sofistas ellos.

El fracaso está en ciernes, si no es en esta Administración será en la próxima, los que están en el ministerio de transporte parecen buena gente, pero, podríamos hacer una lista interminable de Buena Gente que ha fracasado en la Administración de la Cosa Pública.

Hoy les toca a ellos, empecemos a remar, no veo la Costa….

Tan lejos y tan cerca: Municipios y Comunas del interior y la Hidrovía

La importancia estratégica del Rio Paraná y su conexión con el Rio Paraguay, en lo que se denomina La Hidrovia, radica en la capacidad de aprovechamiento de este cauce natural en términos logísticos. Desde una mirada económica, tanto observando los volúmenes de las mercancías transportada, como teniendo en cuenta lo que significa en porcentaje de dólares sobre la totalidad de exportaciones en Argentina, claramente se muestra determinante para el desenvolvimiento comercial de nuestro país.

Este tema tomo central relevancia en los últimos tiempos ante la inminencia del vencimiento de los contratos de concesión entre el Estado Nacional y la actual concesionaria Jan de Nul de origen belga asociada con la nacional EMEPA, abriéndose por lo tanto el proceso de una nueva licitación. El gran desafío es pasar de una Hidrovía que se diseñó como un sistema logístico comercial para la exportación de commodities o productos con un procesamiento primario (Ej: aceite), a un sistema de integración logístico moderno con sustentabilidad ambiental, intermodalidad, integración social y beneficios económicos más amplios que la simple exportación de materias primas agrarias a bajo costo. Aprovechar todo lo bueno hecho y lo que significo en términos macroeconómicos, pero con una mirada integral, acorde con las oportunidades que las circunstancias mundiales parecen otorgarnos una vez más.

Pero recién ahora, y producto de un momento culmine en la administración del rio como vía comercial es que empieza a conversarse en el debate público de los círculos políticos y en la sociedad el tema “Hidrovía”. Durante todo este tiempo, parecía algo lejano, algo que funciona “solo”, algo ajeno a la “economía real” de cada una de las localidades de la provincia, algo difícil de entender y reservada a la gente vinculada a los Puertos, la Bolsa de Comercio o las localidades portuarias y ribereñas. Parece que esos barcos entregan una linda postal cuando pasan, pero no terminamos de darnos cuenta que por allí se va parte de la riqueza del país y el trabajo de miles de argentinos, en especial de nuestra provincia de Santa Fe.

En el gobierno nacional hemos visto estos últimos tiempos una tensión interna entre aquellos que buscan hacer un abordaje más abarcativo del uso de esta vía navegable, con una participación del Estado racional articulando con los privados y no tirando por la borda lo que se venia haciendo hasta ahora, con otros, que parecieran ver como una gran oportunidad de hacerse de una “caja” y de estatizar todo cuando el Estado carece hoy de capacidad para poder llevar adelante semejante emprendimiento en su complejidad. De hecho, durante todos estos años el Estado ni siquiera cumplió con su facultad de control, siendo hoy un gran problema por la falta de un flujo de información fehaciente, clave para la toma de decisiones. De la misma manera, las obras que se decidan llevar adelante y que se liciten definen el perfil, la extensión y las características de que uso se dará a esta vía navegable.

Quien, y como se administre, como las obras que se definan emprender, va a condicionar el perfil productivo de los próximos 30 años. Por lo tanto, es un tema demasiado trascendental y con una influencia tan grande en el desarrollo económico de nuestra provincia, la región y el país que no puede quedar circunscripto a los especialistas.

Aquí es donde quiero hacer hincapié, en la necesidad del involucramiento de las localidades productivas del interior del país en estas definiciones que parecen lejanas y que sin embargo pueden definir sus posibilidades de desarrollo. Sin más pretensiones que visibilizar la situación y resaltar lo importante de hacer oír la voz del interior en este momento, sin importar los kilómetros que lo separen del río, es que creo que las autoridades provinciales, municipales, comunales, acopiadores, cooperativas, entidades gremiales, empresas agroindustriales de la “pampa gringa” deben ser protagonistas de este proceso. Deben articular un discurso, emitir opinión y animarse a ser parte.

Para ello, es necesario una autovaloración, no es poco lo que aportan las localidades del interior. A modo de ejemplo, el Presidente Comunal de San Jerónimo Sud, Horacio Ciancio estimo en el año 2020 un aporte de su localidad en Impuestos Nacionales de 700 millones, recibiendo en cambio de Coparticipacion real solo 15 millones, siendo una pequeña localidad de 3600 habitantes y 10.000 hectáreas. Lo cito, porque la mayoría de estos impuestos tienen que ver con la producción agropecuaria y agroindustrial. Ósea, con lo que transportan los barcos en la Hidrovia.

Las autoridades de los municipios y las comunas no deben estar como otrora circunscriptos a brindar servicios básicos como la vieja sigla del ABL “alumbrado, barrido y limpieza”, puede que eso sirva para ganar elecciones, pero no alcanza para dar oportunidades de desarrollo a sus ciudadanos. Hoy deben en estar dispuestos a ser parte de los grandes debates que pueden cambiar la realidad, y muchos mejor si lo articulan con organizaciones de la sociedad civil de sus localidades. Este entiendo, es uno de esos temas, que, aunque parezca lejano, los influye directamente y los une con un mundo que cada vez esta mas cerca.

Smart River se presentó en sociedad en San Lorenzo

Junto a la Unión de comerciantes e industriales de San Lorenzo (UCI), sumado a su ubicación estratégica respecto a los puertos provinciales, salió a la luz Smart-River.com, un proyecto de opinión y cultura portuaria, desarrollada por especialistas del sector.

La presentación de esta nueva plataforma, que tiene como objetivo no solamente ser un medio informativo sino también de cultura portuaria, tuvo cita el viernes 5 de noviembre a las 18:00 hs. en el Completo Museológico de la Ciudad de San Lorenzo. Estuvieron presentes en el evento, funcionarios municipales, provinciales y nacionales, entre ellos la Senadora Nacional Alejandra Buscasovich y la Ex Ministra de Producción de la Provincia de Santa Fe Alicia Ciciliani. También asistieron trabajadores portuarios de Puerto General San Martín y miembros del Foro de Mujeres Maritinistas.

Presentación de Smart River en San Lorenzo
Diego Giuliano, Secretario de Transporte de la Nación.

Tuvieron la palabra el Secretario de Transporte de la Nación Diego Giuliano, el Intendente de la ciudad de San Lorenzo Leonardo Raimundo y el Presidente de la Unión de Comerciantes e Industriales de San Lorenzo Roberto Yacuzzi, quiénes coincidieron en la importancia de una herramienta que permita conocer en detalle la realidad de la Hidrovía para la Región, y de un espacio de noticias y cultura portuaria.

Presentación de Smart River en San Lorenzo
Leonardo Raimundo, Intendente de San Lorenzo.

Además, se sumaron virtualmente el Presidente de la Asociación Empresaria de Rosario y Secretario General de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa Ricardo Diab, la Presidenta de la Cámara de la Industria Naval Argentina Silvia Martinez, la Secretaria de Cooperación Internacional e Integración Regional Julieta de San Félix, el Director Nacional de Política Naviera y Portuaria Lic. Roberto Meli y el Diputado Provincial Dr. Oscar «Cachi» Martinez.

Roberto Yacuzzi: Presidente de la UCI
Roberto Yacuzzi, Presidente de la Unión de Comerciantes e Industriales de San Lorenzo.

También participaron del encuentro, el Director de Relacionaes Institucionales de Smart River Marcelo Isaac junto al Dr. Oscar Telmo Navós, quiénes charlaron sobre la importancia de la realización de convenios entre Smart River y varias Universidades como la UAI, la UCA, la UDEMM (Universidad de la Marina Mercante), la Escuela Argentina de Agronegocios y la UNR, entre otras, para potenciar el sector. Se sumó al bloque, el saludo del Rector de la Universidad de la Marina Mercante Mg. Ing. Luis Franchi.

Presentación de Smart River en San Lorenzo.

El Director General de Smart River Ángel Elías, cerró el evento comentando la necesidad de un espacio de conocimiento y de cultura portuaria e invitó a participar al Presidente de la Cámara Argentina de Dragados Ambientales Guillermo Paglietini y al Especialista en Transporte, Puertos, Derecho Marítimo Fluvial e Hidrovía Mariano Gendra Gigena. Sumaron su saludo y participación el Coordinador de RETE Asociación para la Colaboración entre Puertos y Ciudades Roberto Converti y el Titular de Náutica del Sur Sergio Borrelli.

Presentación de Smart River en San Lorenzo.
Roberto Yacuzzi, Diego Giuliano, Ángel Elías y Marcelo Isaac.
Presentación de Smart River en San Lorenzo.
Mariano Gendra Gigena, Especialista en Transporte, Puertos, Derecho Marítimo Fluvial e Hidrovía.
Presentación de Smart River en San Lorenzo.

Poner en marcha la marina mercante es encender el motor de la economía

Una logística multimodal con el transporte naviero como columna vertebral no requiere una gran inversión del Estado sino una gran decisión

Hace décadas éramos el granero del mundo y teníamos la mayor flota de carga de la región después de la estadounidense. Fue cuando entendimos que el camino del desarrollo y el bienestar para todos era aprovechar las ventajas de nuestra geografía para agregarle valor al trabajo y la producción local generando industrias.

Hoy se multiplicó nuestra capacidad exportadora y salen de los puertos de ultramar más de 100 millones de toneladas anuales sólo en granos, pero la industria y el empleo están parados, crece la pobreza y –no es casual–Argentina no tiene buques propios de cabotaje i de ultramar.

La competitividad de nuestra producción mermó incluso en los productos primarios. Hoy los granos son commodities cuyo precio es fijado en la bolsa internacional de valores y los costos logísticos son un factor crítico si se quiere obtener ganancia. Pero en la Argentina la logística es un factor de pérdida: 4.500 buques de bandera extranjera por año a los que hay que pagarles por el flete, más un cabotaje extremadamente caro e ineficiente para un extenso territorio.

El caso es que para revertirlo no se precisa una gran inversión del Estado, sino una gran decisión. Una logística multimodal, vertebrada en una flota mercante de bandera que asegure soberanía, competitividad y creación de empleo (unos 20.000 puestos calificados en industrias asociadas), requiere un régimen fiscal que cuide las inversiones privadas en el sector (que hoy optan por trabajar bajo bandera extranjera sin tributar en el país) y créditos bancarios para la industria naval.

Más del 80% del comercio exterior argentino circula por la Hidrovía Paraná-Paraguay, y el Estado argentino tiene la responsabilidad de mantenerla en condiciones. Pero la pregunta clave no es quién efectúa el dragado y balizamiento; la cuestión es si se va a seguir haciendo esa tarea sólo para que nuestra logística siga en manos de las corporaciones multinacionales que hoy operan allí, y se sigan perdiendo U$S 3.400 millones por año en esa tarea que debería ser un negocio para los argentinos.

Diseño logístico multimodal

Un diseño de una logística multimodal permitiría combinar el transporte terrestre y naviero en los tramos donde cada uno ofrece ventajas, con lo que toda la economía argentina ganará competitividad.

Para grandes cargas y largas distancias el transporte naviero cuesta cinco veces menos que en camión, que es el medio por el que hoy se realiza el 65% de nuestro cabotaje, incluso a lo largo de nuestro litoral marítimo y fluvial. El 14% se realiza en ferrocarril (el medio terrestre más eficiente) y apenas un 1% en buques, más económicos aún. Los camiones son el mejor medio sólo para cortas distancias.

Al no haber cabotaje naviero, hoy a un productor argentino del norte le es más caro llevar sus productos hasta un puerto de ultramar (como Rosario) que hacerlo desde allí hasta un puerto europeo. La reserva de carga para buques argentinos en nuestros ríos, resuelta en febrero por el Ministerio de Transporte, fue una buena iniciativa. Pero para que sea efectiva los astilleros necesitan ponerse a trabajar para generar capacidad de bodega, y para eso precisan urgentemente líneas de crédito bancario de las que hoy no disponen.

Los modernos remolcadores de empuje a GNL disminuirían un 68% más los costos del transporte en barco y un 25% la contaminación, y el astillero Paraná Sur espera tener listo el primero en un año y medio. Lo que espera es que los bancos le den espalda financiera para ponerse a trabajar.

Todo el territorio nacional está interconectado naturalmente por vías navegables, pero hoy ni siquiera se puede salir del Paraná al Mar Argentino sin pasar por Montevideo, porque el diseño trazado por las corporaciones no contempla el transporte de carga desde Formosa hasta Ushuaia pasando por cualquier puerto intermedio de nuestro país. Por eso es clave la apertura, dragado y balizamiento del Canal Magdalena, vía natural de acceso a barcos de más de 10 metros de calado desde el Río de la Plata hacia el Mar Argentino. Otra decisión soberana y estratégica que no requiere una gran inversión del Estado, pero sí una gran decisión política.

Corregir asimetrías

El principal obstáculo para crear una flota mercante de bandera está en las cargas impositivas, que en el caso de Paraguay son del 10% y aquí del 35%. El argumento de no disminuirlas para no desfinanciar al Estado es absurdo, porque al no haber buques bajo el régimen legal argentino hoy el Estado no recauda. Como decimos siempre, el treinta y cinco por ciento de cero es cero. Bajar esas tasas tendrá entonces el doble efecto de incentivar la inversión de los armadores locales y generar una nueva fuente de recursos fiscales. El régimen actual también favorece a los buques de bandera extranjera en la carga de combustible, otro detalle de una estructura que parece diseñada para que los argentinos no tengamos el manejo de nuestras exportaciones.

Estas asimetrías son lo que finalmente el gobierno de Mauricio Macri decidió no corregir en 2017, cuando oficialismo y oposición sancionaron una nueva ley para el sector, surgida de los sindicatos con apoyo de cámaras empresarias y organizaciones civiles. Hoy no podemos perder la oportunidad de dinamizar la economía nacional y salir de esta crisis agravada con visión de futuro: es urgente reducir las asimetrías fiscales para los buques de bandera argentina y habilitar líneas de crédito para la industria naval, como parte de un diseño logístico que mejore la competitividad de nuestra producción y de las economías regionales. No se trata de “expulsar al extranjero” sino de hacernos cargo de al menos un 10% de la logística para revertir sustancialmente la balanza.

El impacto de estas medidas sobre el desarrollo humano y material no sólo tendrá efectos sobre el presente, sino que será la base de un crecimiento a futuro, basado en el trabajo y en el aprovechamiento de las capacidades de nuestra gente y de nuestro territorio. Es preciso que nuestros dirigentes estén a la altura de este desafío.

Julio González Insfrán es desde 2013 el secretario general del Centro de Patrones y oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo, donde fue elegido en dos períodos consecutivos. Se desempeñó 20 años como capitán fluvial en remolcadores de empuje y otros 10 como oficial en todo tipo de buques fluviales. Fue dirigente y secretario normalizador del SOMU entre 1981 y 1983 y luego presidente del Concejo Deliberante de Almirante Brown. Preside desde 2014 la sección de Navegación Interior para América Latina y el Caribe de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) y fue electo vicepresidente de Navegación Interior a nivel global. Recibió en 2015 la Medalla de Oro de la federación internacional FIDALMAR y ocupa cargos directivos en la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval (FeMPINRA) y la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT).

La Agroindustria no lo es todo

En nuestro país hay un esfuerzo por englobar toda la cadena productiva agropecuaria dentro del concepto “Agroindustria”.

En la Argentina, normalmente somos habidos a la construcción de conceptos y relatos. El nuevo gran concepto utilizado, tanto en “nuevos organismos” de representación, como en políticas públicas es el de “AGROINDUSTRIA”.

Desde el sentido común, el término “Agroindustria” hace referencia simplemente a un sector de la industria dedicado a la trasformación de productos procedentes de la actividad agrícola, ganadera, forestal, hortícola, frutícola, y por qué no también de la pesca.

Desde hace unos años, en nuestro país hay un esfuerzo por englobar toda la cadena productiva agropecuaria dentro del concepto “Agroindustria”, es decir, la producción primaria, los servicios, la logística, la comercialización todos englobados en un concepto acotado que no los representa.

Es el Estado, junto a los sectores industriales y comerciales más concentrados quienes han promovido esta conceptualización, incluso impulsando espacios de representación, donde por ejemplo la presencia de los representantes de los productores primarios se ve notablemente diluida, e incluso sus intereses tremendamente afectados.

Es necesario visualizar la Cadena Productiva, con todos sus eslabones correspondientes, dónde la Agroindustria no es más que un eslabón (y ni siquiera el más importante). Pensar la Cadena Productiva Agropecuaria, Agroindustrial, Comercial y de Servicios, cómo un todo homogéneo, es una gran falacia. Cada eslabón de esa cadena tiene intereses claros, y disímiles. Muchas veces la posición de un eslabón de la cadena afecta notoriamente los intereses de otro eslabón.

No es necesario que le expliquemos la histórica relación de tensión entre los industriales lácteos, y los tamberos, lo mismo llevado a la tensión entre los industriales y las cadenas de comercialización.

La discusión de la Ley de Semillas, por ejemplo, expresa claramente la tensión entre eslabones de la cadena, y el rol que asumen cada uno de ellos.

La Cadena Productiva es un espacio de tensión permanente, dónde el Estado debería mediar o arbitrar los equilibrios entre dichos eslabones, sobre todo garantizando el desarrollo del eslabón más importante y el más vulnerable: “el productor primario”.

La ausencia de políticas públicas de largo plazo, ha hecho que el Estado sea simplemente un Estado recaudador, sin perspectiva de largo plazo, ni capacidad de equilibrar las posiciones en la cadena. Es más generalmente, termina interviniendo en favor de los sectores más concentrados, y en detrimento de los sectores más vulnerables.

A quienes hablan de AGROINDUSTRIA como un concepto global, les pregunto: ¿puede existir INDUSTRIA sin materias primas? ¿Puede existir AGROINDUSTRIA sin Productores Agropecuarios?

Estas preguntas pretenden interpelar, tanto a los sectores industriales, como comerciales, pero sobre todo a la política. Si comparamos los Censos Nacionales Agropecuarios, constatamos que entre 1988 y 2018 desaparecieron aproximadamente 170.000 productores, lo que pone en evidencia cuál de los eslabones de la cadena es el más afectado, tanto por las políticas estatales, cómo por los lobbys de las grandes empresas.

Es hora de empezar a reflejar que sin productores no hay cadena, y que la cadena empiece a dedicarse a cuidar a los productores, y el Estado deje de ser un simple recaudador fiscal. Porque la AGROINDUSTRIA NO ES TODO, Y SIN PRODUCTORES NO HAY AGROINDUSTRIA.

Nace Smart River. Un nuevo proyecto que integra cultura Portuaria Ciudades y Regiones Puertos y Desarrollo Fluviomaritimo

Entre las cuestiones que se discuten en el mundo de la post pandemia, el transporte y la logística se han ubicado en un lugar central. En Argentina también se ha potenciado la importancia y conocimiento público de estos temas que se advirtieron con la sorpresiva y desordenada discusión en los medios y las plataformas en torno al nuevo contrato de concesión de la Hidrovía Paraguay Paraná

El mundo complejo que transitamos, requiere de tratamientos serios y fundamentados y alrededor de la Hidrovía se disparan debates de mayor alcance como los puertos, las ciudades y regiones puertos, las vías navegables, el multimodalismo, la comunidad portuaria, también el medio ambiente, los modelos productivos verdes, la incorporación de Ciencia y Técnica, la bioeconomía, comenzaron a aparecer en los debates públicos, y con mucha mayor razón en la región argentina que aloja el mas importante complejo agroindustrial exportador del mundo situado en el Departamento San Lorenzo que, además aloja la aduana mas importante del país por el valor de sus operaciones.

Para que los argentinos nos reencontremos con los ríos y con el mar es imperioso incorporar esos temas a la agenda pública en estos casos desde una mirada regional. 

La Union de Comerciantes e industriales de San Lorenzo acaba de integrar a su nutrida agenda de temas la problemática de los puertos desde su vinculación con el desarrollo.

El punto de irradiación de iniciativas y proyectos será Smart River que se propone construir la información de mayor valor para la difusión ciudadana y el mundo académico, junto a la propagación de la cultura portuaria, apuntando a ser el canal que exhiba las mejores prácticas de innovación, difunda la ciencia y técnica e irradie y despierte la necesidad de construir sujetos sociales capaces de actuar en un modelo productivo que asegure crecimiento y distribución equitativa de la riqueza, atendiendo a las necesidades de los trabajadores y las empresas del sector. El objetivo de Smart River será contribuir a esos intercambios a través de un sitio web que concentre esos debates : http://smart-river.com 

La visión sobreimpresa del concepto de desarrollo sostenible

Hace algunos meses expresamos que la hidrovia era una infraestructura que genero efectos muy positivos no solo para la agroexportacion sino para el conjunto de la economía argentina al configurar un complejo que es clave para nuestra balanza comercial. Básicamente una obra de infraestructura con centralidad en el dragado que mejoró sustancialmente la logística de exportación.

La importancia de esta infraestructura se complementó con el despegue de nuestro campo que se apuntala tambien en la siembra directa y los avances tecnológicos incorporados. Por esta razón Ricardo Sanchez la distinguió como una obra necesaria aunque no suficiente para el desenvolvimiento de nuestro sector externo.

Cuando se comienza a hablar de Hidrovia se despertaron algunos mitos relacionados con el cuidado del ambiente enancados en las obras de dragado que originalmente se desarrollaron sin las aprobaciones ambientales necesarias aunque no se evidenciaran impactos significativos, mas aun tanto el trazado como su funcionamiento la acercaron a la idea de hidrovia natural.

De ahí a una estampida de alarmas planteadas con liviandad hubo un solo paso. La hidrovia pasa a ser un canal de navegación donde se albergan los siete demonios que se atribuyen a todo lo que es grande en economía, megaempresas, megamineria, grandes extensiones, todos adjetivos que identifican las maldades del capitalismo y que se sobreimprimen en una visión limitada del concepto del desarrollo sostenible al que se le otorgan solo funciones de prevención o mitigación en un absurdo desguace conceptual que le quita la visión de configurar un elemento útil para el desarrollo de un nuevo paradigma mas asociado con lo verde y que se inscriba en la agenda urgente de la descarbonización.

Un solo ejemplo, porque de la relación de la hidrovía con la sostenibilidad ambiental nos ocuparemos en lo sucesivo (en que situación ambiental nos encontrariamos si el volumen de la producción de la pampa humeda durante todos estos anos hubiera sido trasladada en camiones hasta los puertos de Quequen y Bahia Blanca transportados en camiones y que pasaría si las filas de camiones en nuestra región fuera aun mayor al no contarse con el complejo de crushing mas eficiente del mundo.

La sola mención de la palabra hidrovia despertó criticas y ataques que oscilaron entre el desconocimiento y la tergiversación de análisis y conceptos desde sectores de la política bastante explicables ante la ausencia de presencia del tema en la agenda pública. Sin embargo desde el ambientalismo también se desplego una critica despiadada, que registro muy pocas excepciones donde la nocion del desarrollo sostenible apareció tratada de manera de manera inoportuna.

Faltaron tanto una visión clara como una agenda proactiva sobre el fenómeno, el cambio climático luego del reciente informe de los experto de las N.U.

Demuestra que en nuestro país se limito el problema a políticas de mitigación y adaptación, descriptas con inusual claridad por Eduardo Barrera, quien fue durante el gobierno de Raul Alfonsin su Secretario de Mineria.

La mitigación asume la inevitabilidad del impacto y ni siquiera explota la posibilidad de prevenir, la adaptación conlleva a la convivencia con el problema.

Parece entonces que el Desarrollo Sostenible se limita a una cuestión de supervivencia y no necesariamente de Desarrollo en su sentido amplio, ignorando así las considerables oportunidades de desarrollo económico y empleo para nuestro País.

Ahora que la alarma de las N.U. sobre la situación del Cambio Climatico ha puesto en evidencia el problema, l a única solución posible frente a esta amenaza es la transición a un nuevo paradigma económicos que no dependa del carbón y de otros recursos no renovables para la generación de energía, en otras palabras la descarbonizacion de la economía.

Por primera vez todas las economías mundiales tienen un propósito común y una meta cuantitativa explicita , la neutralidad de las emisiones de gases de efecto invernadero. Existe un consenso en la mayoría de los países sobre la hoja de ruta a seguir ya que no hay plan B para el Planeta.

Tal como sostiene una reciente declaración de la Comision de Economia de la Convencion Nacional del Radicalismo que nos parece conveniente resaltar. Es necesario un nuevo equilibrio entre el Estado y el Mercado, con planificación indicativa aceptando que el mercado sigue siendo un aceptable mecanismo de recursos escasos pero subordinado a la consecución de un fin político ultimo determinado por los Estados, Salvar a la Tierra y Salvar a la gente. Esto vale tanto para la administración Biden como para Europa en su Pacto Verde o China con sus planes Quinquenales.

En esta visión no figura en ningún lado la necesidad de dejar de producir, solo que hay que hacerlo con regulaciones y no con prohibiciones, la Argentina tiene una palanca importante en la Hidrovia, pero debe avanzar en una reconfiguración de la matriz de transporte dándole preponderancia al transporte por agua, al camión en distancias cortas y avanzar con regulaciones efectivas y urgentes en la recuperación de nuestra marina mercante nacional.

Un rebrote de COVID en China afecta al Transporte Marítimo a escala planetaria

Así como el año pasado dije que Transporte Marítimo había salvado las economías globalizadas de los países a nivel mundial, ahora debo reconocer que el Transporte Marítimo los está hundiendo.

Actualmente, está fracasando la logística por falta de containers y, por tanto creando un faltante de insumos básicos esenciales para la fabricación de productos finales.

Si bien el problema mayor lo están sufriendo USA y la Unión Europea, nuestro país ya está recibiendo sus consecuencias.

Es dable entender cómo esta situación va a provocar una inflación mundial sin precedentes como resultado de la falta de containers y el aumento del costo de los mismos – de U$s 1500.- a U$s 10.000 por viaje – ya que no estaba en los cálculos de nadie este incremento de los costos de logística.

Sucede que algunos puertos de China volvieron a estar inoperativos por rebrotes de coronavirus y eso paralizó la salida de barcos con containers que no llegan a Europa o Estados Unidos. Como consecuencia, faltan buques que transporten y containers vacíos porque en puertos de destino no los retiran.

Por otra parte, se espera que cuando se restablezca la fluidez del transporte, la actividad marítima fluvial repunte y en ese sentido, la información recibida indica que las compañías navieras han colocado órdenes para la construcción de 600 nuevos buques portacontainers que estarán operativos recién en el 2023.

En ese sentido, estamos viendo que Brasil está despachando café por avión para no desabastecer a sus clientes mientras que Coca Cola está embarcando gaseosas en bolsas en buques graneleros.

Que debemos hacer los argentinos a fin de no perder mercados con mercaderías que no pueden absorber el costo actual de un container a U$S 14.000.- si conseguimos que atraque en un puerto de nuestro país.

A modo de conclusión, la post pandemia, si bien ha encontrado a Estados Unidos y a la Unión Europea con economías muy recalentadas, no cabe duda que se ha roto la expectativa que tenía el mundo como meta con referencia a bajar los costos de logística.

Una necesaria visión de lo verde

La esperanzadora victoria de Joe Biden en las elecciones de EE.UU. nos afectará a todos y en más de una medida, pero de forma preponderante en lo referido al medio ambiente, con el largamente esperado regreso de la potencia al Acuerdo de París y un nuevo impulso a lo verde (Green Deal). En este sentido, en el tope de la agenda legislativa de Biden está el envió al Congreso en sus primeros días de un paquete de medidas sobre Cambio Climático e infraestructuras inteligentes, con una inversión prevista del orden de US$ 2 billones, similar o incluso ligeramente superior a lo que prevé la Comisión Europea (CE) con el mismo fin.

¿Y por casa como andamos? Una rápida lectura a la pagina web del Ministerio de Medioambiente y Desarrollo Sostenible, así como a su organigrama institucional con tres secretarías y una serie de organismos y programas descentralizados, muestran una falta de visión alarmante y, subsecuentemente, ningún atisbo de planeamiento estratégico ni previsión de asignación de recursos a la altura de las circunstancias.

En efecto, no solo se echa en falta una visión sino también que se nota una cierta pasividad en sus políticas frente al Cambio Climático, considerado por muchos autores como el desafío más importante al que se enfrenta la Humanidad. Las únicas políticas explicitas son las de mitigación y adaptación. La primera asume la inevitabilidad del impacto, sin explorar siquiera la posibilidad de la prevención, y la otra consecuente con la anterior se resigna a la convivencia con el problema. Parece entonces que el Desarrollo Sostenible se limita a una cuestión de supervivencia y no necesariamente de Desarrollo en su sentido amplio, ignorando así las considerables Oportunidades de desarrollo económico y empleo para nuestro País.

Y otro tanto puede decirse de la Secretaria de Energía, ausente de visión y planes estratégicos, casi en estado líquido y jugando al despiste total con el reciente anuncio de su posible traslado a Neuquén. No es la visión federalista, que podría ser bienvenida, sino la visión errada de creer que el futuro de la energía pasa por los hidrocarburos, a contramano de lo que piensa el resto del mundo, y de seguir apostando por subsidiar una Vaca Muerta agonizante, que no es competitiva ahora ni lo será en el futuro.

Ahora, ¿alguien cree que podemos darnos el lujo de ignorar dos de las principales transiciones que están guiando las decisiones económicas a nivel mundial, como son la transición ecológica y la transición energética? Y muy particularmente esta ultima, donde nuestro Estado empobrecido se ve obligado a asignar cuantiosos y no sustentables subsidios a la producción de hidrocarburos (barril criollo muy por encima de los precios de mercado actuales y tendenciales) y al transporte, principalmente en la zona del AMBA.

Una visión más inteligente, construida a partir de las principales megatendencias, algunas de crecimiento exponencial, que irán perfilando el futuro de este sector, mostraría que no solo hay amenazas, sino considerables oportunidades de desarrollo para nuestro país. Lo que a su vez debería llevar a la formulación de políticas activas de transición ecológica que nos permitan aprovechar al máximo esas oportunidades. Es decir, ser capaces de ver lo verde como oportunidad. Economía, energía y empleos verdes.

Y, sin lugar a dudas, de todas estas transiciones ecológicas, la inexorable transición energética es quizás la que más oportunidades de desarrollo y generación de empleo ofrece, no solo en el largo plazo sino en lo inmediato, por la abundancia del recurso, por su ubicuidad y por la constante reducción de los costes de las energías renovables.

Estas energías ya son competitivas a precios de mercado actual, y lo serían mucho más aún si se incluyeran los cosos medioambientales asociados a todas las otras energías utilizadas actualmente. Costos que hasta ahora han sido considerados externalidades que paga el resto de la economía, pero que en adelante estarán sometidas a una fuerte presión para corregir ese desequilibrio, mediante medidas como el Impuesto al Carbono (Carbon Tax) u otras alternativas que reflejen su huella ecológica.

En cuanto al recurso natural, en Argentina no solo es abundante sino bien balanceado con abundancia de luminosidad en el norte y de vientos en el sur. La ubicuidad es otra característica estratégica muy importante ya que permite desplegar pequeñas unidades en cualquier parte del territorio, con intensidades escalables de capital. Por ejemplo, para una casa se necesitaría una inversión del orden de 20 veces su consumo mensual. Por tanto, es una inversión que se pagaría (pay-back) en menos de 2 años y, a partir de ahí, resultaría prácticamente gratis, al menos por los próximos 20 años.

Los costos marcadamente decrecientes de las renovables, principalmente la eólica (US$ 5,6 centavoss/kwh) y la solar (US$ 8,5 centavos/kwh) ya están muy por debajo del costo medio actual (mayor de US$ 11 centavos/kwh), según los datos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA). En los últimos 10 años la energía fotovoltaica ha reducido sus costos 80% y la eólica, 45 %. Y esta tendencia a la baja continuará en los próximos años, estimándose que para el 2030 el costo de la solar se reduzca otro 70% y la eólica, otro 40%. Estas tremendas mejoras no solo se deben a innovaciones y mejoras tecnológicas, sino también a condiciones de mercado favorables que estimulan la demanda y la producción en escala, iniciada primero en Europa por Alemania y ahora, liderada por China.

Las últimas proyecciones de la IEA confirman la tendencia a la disminución de costos de la energía eólica y solar que absorberían el 80% del crecimiento de la demanda mundial de electricidad hasta 2030. La energía solar se ha convertido en el nuevo rey de los mercados de electricidad en todo el mundo, con nuevos récords de instalaciones cada año, previéndose que en 2040 multipliquen más de 10 veces su producción actual.

El futuro entonces será verde, soleado y fresco. El sol es la fuente de todas las energías, excepto de la nuclear, cuyo origen fue la guerra (en efecto, el desarrollo nuclear fue una repuesta militar a un problema militar, y la energía nuclear un subproducto de ese error histórico).

Y además generará muchos empleos, de todo tipo y esparcidos por todo el territorio.

– Residencial, en instalación de techos y calefones solares (baja calificación)
– Rediseño y adaptación de edificios (calificación media, arquitectos, diseñadores)
– Edificios inteligentes (calificación alta, gestión de sensores y desarrollo de software)
– Ciudades inteligentes (calificación baja, media y alta)
– Microredes inteligentes (calificación alta)

En términos de generación de empleo y solo a modo de referencia, copio textualmente un párrafo de la “Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo”, publicada el 3 de noviembre pasado, por el Ministerio para la Transición Ecológica de España: “El conjunto de medidas que se integran en la Estrategia tendrá un impacto positivo en la generación de empleo, que aumentará un 1,6% en 2050 con respecto a un escenario que no tenga en cuenta su aplicación. Esto generaría unos 300.000 empleos netos al año a lo largo de este periodo”.

¿Transición o disrupción energética?

Simultáneamente con esta marcada tendencia decreciente en el costo de estas dos energías renovables, donde cada día aparecen más innovaciones tecnológicas, y de otras intermedias como el hidrógeno, hay al menos dos otras tendencias concurrentes que vale la pena tener en cuenta, la evolución de las baterías de litio y los nuevos modelos de negocio, que pueden acelerar muchísimo el despliegue de estas tecnologías.

La curva de reducción de costos de las baterías de litio ha seguido una marcada tendencia a la baja con una reducción del orden del 80% en los últimos diez años hasta llegar a los costos actuales del orden US$ 150/kwh, según BloombergNFC. Según esta y otras fuentes autorizadas, la tendencia a la baja continuará en la próxima década a un ritmo estimado del 15% anual, a medida que la tecnología vaya madurando. El precio proyectado para 2030 es de US$ 60/kwh.

Obviamente, este desarrollo acelerado ha venido motorizado por la demanda del coche eléctrico (en realidad de los vehículos eléctricos) en un esfuerzo global por reducir la emisión de gases de efectos invernadero generados por el transporte, por una parte. Y por la otra, movido por razones estrictamente de menores costes y nuevos modelos de negocio que no solo hará que estos coches sean más baratos que los de motores de combustión, sino que resulte más conveniente suscribirse a un operador de flotas que comprar un coche particular.

Pero las baterías de litio no solo van a tener un impacto considerable en el transporte, sino que son muy importante para el almacenaje en distintas escalas, tanto a nivel domestico e industrial, como para regular la producción intermitente de las renovables a nivel domestico y a nivel industrial, mediante la generación de hidrogeno verde.

En efecto, el hidrógeno (el elemento más abundante en el universo), también sigue la tendencia de los costos decrecientes, habiéndose reducido unas 10 veces en los últimos diez años. Y se espera que en la próxima década su costo caiga por debajo de los US$ 2,5 /kg. Este costo no sólo es competitivo, sino que lo haría el combustible no contaminante ideal para medios de transporte de gran tonelaje como camiones, barcos y principalmente aviones, ya que tiene un gran contenido de energía por unidad de masa, equivalente a más de 3 veces la contenida en un combustible fósil y, al quemarse, libera agua. En la actualidad ya se producen 3 tipos de hidrógenos: el gris, que es mayoritario, se obtiene a partir de gas natural en un proceso que se conoce como reformado del metano, sin captura del CO2 generado; el azul es el gris, pero con secuestro del CO2 generado y el verde, producido a partir de la electrolisis del agua con energías renovables (plantas de 1-10 MW, escalando a GW).

Hidrógeno que no solo puede ser almacenado y transportado una vez presurizado, sino también inyectado a la red de gas natural. Esta tecnología, llamada de “coupling” (acoplamiento) es muy relevante para un país como el nuestro, con una extensa red de gas natural de gran capilaridad y capacidad de almacenaje.

Las capacidades de almacenaje de las baterías más el “coupling”, a su vez, son muy importantes por su interacción con la red eléctrica, ya que ayudarían a reducir los picos, optimizando el uso de la capacidad instalada o eliminando la necesidad de cubrir estos picos con un exceso de capacidad (usualmente plantas de ciclo combinado) que el resto del tiempo queda ociosa, encareciendo el precio final de la energía.

Sobre la financion

Y, por último, pero no menos relevante y de manera concurrente, es el tema de la financiación de toda esta transición, donde han comenzado a aparecer nuevos modelos de negocio de “Energía como Servicio” (EaaS), que prácticamente eliminan el capex para convertirlo en opex. Es decir, la combinación de una entidad financiera, habitualmente un fondo de Inversión, combinado con un operador experimentado, que desarrollan estos proyectos “llave en mano” mediante un contrato de suministro de largo plazo (PPA, o Purchase Power Agreement) con un suministrador autorizado (proveedor local de energía) donde se pactan básicamente una tarifa y un plazo (habitualmente 20 años).

Un caso de referencia es el de la compañía eléctrica de Tucson en Arizona (Tucson Electric Power), que firmó en mayo de 2017 un PPA por 20 años con una tarifa inferior a US$ 4,5 centavos/kwh durante 20 años para una planta solar de 100 MG, incluyendo un sistema de baterías de almacenamiento de 30MW (2/3 del costo sería para la planta solar y 1/3 la de almacenaje). Ese precio de 4,5 centavos hay que compararlo con el de 20 cents/kwh, que estaba ofreciendo el proveedor que atendía los picos de demanda de la ciudad. Con esta relación de precios parece obvio que este tipo de operadores de pico tenderán a desaparecer.

Esta tendencia, que comenzó con proyectos de cierta escala, ahora se está generalizando a nivel de la industria, grandes edificios e incluso a nivel doméstico (si tenés un techo de más de 20m2, hablemos de negocio). Hay que tener en cuenta que la posibilidad de producir en el mismo lugar que se consume tiene también la ventaja de eliminar los costes de transporte, que pueden ser significativos según nuestra proximidad a la red de distribución.

La racionalidad de estos nuevos modelos de negocio, tiene que ver con la combinación del exceso de liquidez que hay en los mercados de capitales, a lo que se agrega el desvío de fondos que antes iba a proyectos de hidrocarburos, más la excelente rentabilidad actual y futura de este tipo de proyectos.

Desde el punto de vista del desarrollo es importante considerar también que la posibilidad de tener todas estas fuentes de energías distribuidas, optimizadas mediante el uso de micros redes inteligentes, debería facilitar una mejor articulación del territorio, con un impacto positivo sobre el hábitat y la calidad de vida de sus habitantes.

Las posibles sinergias positivas resultantes de la convergencia de todas estas tendencias es lo que le hace decir a muchos expertos que más que asistir a una transición energética, en un sentido evolutivo, lo que se esta produciendo es una verdadera disrupción, que revolucionará este sector y todas sus actividades económicas vinculadas en los próximos años. Por lo tanto, el futuro no solo será soleado (en realidad basta con que sea luminoso) y fresco, sino que pasaremos de una energía cara y escaza a una barata y abundante, con su consecuente impacto sobre la economía y el empleo.

Empezamos la nota resaltando la ausencia de visión y planes estratégicos de carteras ministeriales y la terminaremos agregando otras dos: las secretarias de Minería y de Industria que podrían plantear, entre otras cosas, la una la industrialización local del litio y el cobre, y la otra el desarrollo del coche eléctrico, cuyo coste medio viene cayendo en picada desde unos US$ 80.000 hace solo 5 años a los a los US$ 30.000 actuales y los US$ 10.000 proyectados para los próximos años. Amen de la tremenda simplicidad de construcción de estos vehículos. Si un chico en un garaje (George Hotz) con una inversión de US$ 50.000 desarrolló un coche autónomo, incluyendo un
nuevo Software Inteligente para Conducción Autónoma (SICA), cuya licencia vende ahora a US$ 1.000 por unidad, ¿que espera Argentina para tener un programa masivo de fabricación de vehículos eléctricos con alto componente local (con toda seguridad mucho mayor que los actuales vehículos de combustión interna)?